Las personas con discapacidad visual tienen sus barreras en ámbitos
donde la ausencia o deficiencia de la señalización adecuada (táctil o acústica)
dificulta la orientación:
- materiales que absorben el sonido, atenúan la reflexión de la onda sonora y como consecuencia, su recepción como elemento referencial de orientación y posición de los elementos;
- tránsito muy intenso;
- obstáculos imprevistos o provisorios en su camino (personas, animales, carteles, exhibidores, toldos o faroles excesivamente bajos, etcétera)
- irregularidades en el suelo y zanjas sin proteger;
- cambio de muebles o configuración sin aviso previo.
Los desniveles o las escaleras no constituyen una barrera, pero sí la
falta de aviso con suficiente anticipación de su existencia y la ausencia de
pasamanos (que deben prolongarse al final unos 45cm)
El
elemento más común para la movilidad de personas con discapacidad visual, es el
“bastón largo”, llamado así porque es de mayor longitud que el usado para
caminar, de menor grosor y a veces plegable; se emplea para tantear el piso en
una zona aproximada de 30 cm. A ambos lados y 45 cm al frente en dirección al
movimiento. Presenta el inconveniente que solo se pueden detectar obstáculos en
el piso, pero no elementos salientes bajos con los que puede tropezar, como
carteles, toldos y cúpulas de teléfonos públicos.
FUENTE: http://usuarios.discapnet.es/disweb2000/docu/LibroVerdeAccesibilidad.pdf
FUENTE: http://usuarios.discapnet.es/disweb2000/docu/LibroVerdeAccesibilidad.pdf
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